Interior evita investigar de momento al tribunal que aprobó al chófer de Bárcenas
El ministerio dirigido por Marlaska no abrirá expediente alguno a quienes examinaron a Sergio Ríos hasta que haya sentencia judicial, al entender que así lo indica la ley
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, evitará hacer movimiento alguno en su departamento hasta que se resuelva el caso Kitchen en la Audiencia Nacional. Así lo han acordado los responsables del ministerio, que ni siquiera indagarán las pruebas de acceso que llevó a cabo Sergio Ríos, el que fuera chófer del extesorero del PP Luis Bárcenas, para ingresar en la Policía Nacional. Consideran que es lo que marca tanto la Ley de Personal de la Policía como la Ley de Régimen Disciplinario de la misma institución. Según publicó el Boletín Oficial del Estado (BOE) el 9 de septiembre de 2014, el 24 de junio de ese año la Dirección General de la Policía convocó 254 plazas de la escala básica. Ríos se presentó a una de ellas y la ganó. La resolución fue anunciada por la Dirección General el 16 de julio de 2015. El opositor logró el puesto 253, el penúltimo de la lista.
Sea como fuere, logró acceder a la corporación, tal y como le había prometido el 9 de octubre de 2014, apenas cuatro meses después de la convocatoria pública de empleo, el comisario jubilado y encarcelado en el marco del caso Tándem, José Manuel Villarejo. “Por mis huevos que lo voy a cumplir todo”, le garantizó el policía entonces incardinado en la Dirección Adjunta Operativa del cuerpo y que se definía como agente encubierto. Tras confesarle el chófer que le habían dicho que era “muy difícil” manipular la oposición, el comisario le respondió que no para él, que él estaba haciendo gestiones “a muy alto nivel”. “Y va a ser”, aseguró Villarejo, cuya conversación con Ríos viene recogida en un informe elaborado por la Unidad de Delitos Económicos y Fiscales (UDEF) de la Policía Nacional para el caso Bárcenas.
PABLO GABILONDOLa Fiscalía Anticorrupción ya ha pedido la imputación del que fuera ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, y de la exsecretaria general del PP, María Dolores de Cospedal
Fuentes de la División de Formación del instituto armado, departamento responsable de organizar y vigilar el desarrollo de las oposiciones, explican precisamente que hoy por hoy las pruebas están muy regladas y realmente parece “muy complicado” manipular los exámenes. “No hay nada imposible, pero la mayoría de pruebas las corrigen máquinas”, explican las mencionadas fuentes, que admiten que únicamente habría dos momentos en la oposición que estarían más influenciados por el factor humano y, por lo tanto, por la subjetividad. En concreto, el momento de las pruebas físicas, que son medidas por examinadores, y el de la entrevista final, que la hacen miembros del tribunal.
Las entrevistas han sido puestas en duda por la Justicia en varias ocasiones, pero aun así, según las mismas fuentes, en ellas suele suspenderse apenas al 10%, ya que todo el que llega a ese punto de la oposición ha aprobado objetivamente muchas pruebas previas. Ríos, sin embargo, superó todas, hasta la última, antes de entrar en el cuerpo e incorporarse a la Escuela de Ávila en septiembre de 2015, cuando ya tenía más de 40 años, un límite de edad que en la práctica también hace de cortapisas, ya que pocas personas entran en el instituto armado con más de esa cifra en su mochila vital.
El método utilizado por Villarejo para abrir las puertas de su ’empresa’ al chófer de Bárcenas aún es desconocido. En 2013, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, envió un mensaje a su número dos, el entonces secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez. “Chófer, Sergio Javier Ríos Esgueva (ahora hace esa función con la mujer), es importante”, rezaba el mensaje, que mostraba que al menos en apariencia los más altos cargos del ministerio estaban al tanto del espionaje a Bárcenas. No se sabe, sin embargo, si estos jugaron algún papel relevante en la jugada que le prometió Villarejo, quien sí advirtió de que él movía sus hilos por todo lo alto.
Este extremo, de hecho, será previsiblemente desconocido durante los próximos meses, dado que Interior no iniciará investigación alguna al respecto. Es cierto que la Audiencia Nacional rastrea el espionaje que pivotaba en torno a Ríos, pero de momento no parece que aborde esa supuesta manipulación de las oposiciones a favor del exchófer, que quedará por lo tanto en un previsible limbo indagatorio. El funcionario está destinado hoy en la Brigada Móvil de la Policía Nacional en Madrid, que le obliga a desempeñar labores de seguridad en trenes, metro o cercanías de la comunidad autónoma.
El mencionado mensaje de Fernández Díaz a Martínez formaba parte de un conjunto de SMS que el propio exsecretario de Estado de Seguridad puso en conocimiento de un notario en el verano de 2019 y que implicaban a la cúpula de Interior en el espionaje a Bárcenas. Martínez está imputado en el caso Kitchen, una pieza del caso Bárcenas abierta en 2018, después de que el que fuera responsable de la Unidad Central de Apoyo Operativo de la Policía Nacional, Enrique García Castaño, comenzara a tirar de la manta y a señalar que el entonces secretario de Estado recibió un ‘pendrive’ con información robada a Bárcenas.